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Esta tarde comienza en Roma la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias. Llegados de todo el mundo, más de un centenar de directores nacionales se reunirán para reflexionar sobre la misión y la distribución de las ofrendas de los fieles. Mañana a las 9:00h serán recibidos en audiencia por el Papa León XIV.
El Papa conoce muy bien la labor de las Obras Misionales Pontificias, tanto en sus años como misionero como en su cargo de Superior General de la Orden de San Agustín y, después, como obispo de Chiclayo. En diversas ocasiones ha mostrado su cercanía a la dirección nacional de Perú y a las diversas iniciativas llevadas adelante por las Obras Misionales en el país andino. Todo ello hace que se esperen con alegría y confianza las primeras palabras que les dirija como Papa.
La Asamblea que comienza hoy es la cita anual más importante de las Obras Misionales Pontificias. En ella participan además de los directores nacionales, el Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, el cardenal Luis Antonio Gokim Tagle, el presidente internacional de estas Obras al servicio de la misión, y los secretarios generales de cada una de ellas: la Obra de la Propagación de la Fe, la Obra de la Infancia Misionera, la Obra de San Pedro Apóstol y la Pontificia Unión Misional. Será el cardenal Tagle quien abra esta tarde los trabajos de este encuentro, en el que se presentarán los informes anuales de cada una de las Obras, tanto económicos como pastorales, se compartirán las “mejores prácticas” de las diversas direcciones nacionales del mundo, se aprobarán los subsidios para los 1.131 territorios de misión y, como novedad, se abordará la reforma de los Estatutos de las Obras Misionales Pontificias, tema en el que se ha trabajado durante todo este curso a nivel de direcciones nacionales.
Las Obras Misionales Pontificias tienen, como uno de sus principales objetivos, la búsqueda de medios materiales y personales para apoyar a la Iglesia misionera. El carácter universal de esta búsqueda de medios por parte de las Obras Misionales Pontificias se verá con claridad en esta Asamblea. Todos los países aportan según sus posibilidades, desde las pequeñas pero muy meritorias contribuciones de países como Burundi o Sri Lanka, a las ya de mayor cuantía de países europeos o de Estados Unidos. Con las aportaciones de todos se crean los Fondos Universales de Solidaridad de cada una de las Obras, cuya asignación se aprueba en la Asamblea General de esta semana. Son estos Fondos Universales los que financian las ayudas fijas y los cientos de proyectos extraordinarios de los territorios de misión. Este es el carisma de las Obras Misionales Pontificias, toda la Iglesia colabora con toda la Iglesia, siendo como “Pontificias”, las Obras del Papa. Unas Obras que dan a la Sede Apostólica la posibilidad de desempeñar el ministerio permanente de «praeses caritatis» (de quien preside en la caridad), que san Ignacio de Antioquía, ya en el primer siglo cristiano, indicaba como distintivo de la Sede de Pedro, fundamento y cabeza de todas las Iglesias.