Fundador de la Santa Infancia (Francia)

Mons. Forbin-Janson

Charles de Forbin-Janson nació en París, Francia, el 3 de noviembre de 1785 en el seno de una familia noble y católica. Creció en un ambiente familiar distinguido por la fe en Dios y la fidelidad al Papa y a la Iglesia.

A los 18 años ingresó a la academia militar y luego continuó sus estudios en París. Con la llegada de Napoleón, la situación de la Iglesia en Francia se vuelve crítica. Entonces, después de renunciar al papel de miembro del Consejo de Estado nominado directamente por Napoleón, Charles decide convertirse en sacerdote para ponerse al servicio de Dios en la Iglesia, en particular para defender al Papa, restaurar la fe en su Francia, ahora anticlerical, y evangelizar el mundo.

Durante el período del seminario, Charles asiste a la capilla de las misiones extranjeras de París, donde comienza a escuchar las historias de los misioneros sobre su trabajo en China y sobre los miles de niños que los sacerdotes y monjas acogen, cuidan, educan, bautizan y a quienes les enseñan a vivir con valores cristianos.

En 1809, el papa Pío VII es arrestado por Napoleón. Dos años más tarde, Charles es ordenado sacerdote. Su espíritu misionero crece y se fortalece. A los 38 años fue ordenado obispo de Nancy e inmediatamente comenzó a organizar retiros y misiones en todas las parroquias de su diócesis. Incluso como obispo, él vive de una manera muy simple, a pesar de haber experimentado una vida noble y rica, y dice: «mi mayor alegría es hacer felices a los demás».

Durante su ausencia de la diócesis para tareas pastorales, los anticlericales evitan que regrese a Nancy. Comienza el período más triste de su vida: el exilio. Aún así, no deja de pensar en los misioneros y los niños de China. Después de tres años de misión en América del Norte, regresa a Francia y, en Lyon, conoce a Pauline Jaricot, la fundadora de la Obra de la Propagación de la Fe, y habla con ella sobre sus preocupaciones, deseos e ideas. Él mismo había sido uno de los primeros obispos en Francia en promover la iniciativa de Pauline y continuamente alentaba a sacerdotes y fieles a apoyar misiones a través de esta obra. Incluso en el exilio había seguido haciendo lo mismo.

El obispo se encontró con Pauline por segunda vez y esta le aconsejó que nadie podría entender mejor las necesidades de los niños que otros niños. Inspirado por esta idea, el 19 de mayo de 1843, Charles convoca a todos los niños de Francia y les pide que se convirtieran en niños misioneros y les encomienda la tarea de recitar un Ave María todos los días y de dar una pequeña moneda cada mes para ayudar a los niños necesitados en China. Al mes siguiente, el evento se anuncia solemnemente en la parroquia de origen del prelado y se envía una circular a todos los obispos de Francia.

En la primavera de 1844, consumido por el esfuerzo evangelizador y el celo misionero, Charles acordó retirarse. Sin embargo, continuó su correspondencia con los sacerdotes franceses y las misiones. En mayo del mismo año, el papa Gregorio XVI aprobó la obra de la Santa Infancia. Charles moriría unos meses más tarde, el 11 de julio de 1844.

Los niños asumieron esta gran tarea con entusiasmo, y el 12 de mayo de 1882, una niña de siete años muy comprometida se convirtió en miembro. Su nombre era Thérèse Martin, y más tarde se la conocería por Santa Teresa de Lisieux, Patrona de las Misiones.