Comenzamos la jornada en el Templo Nacional de Santa Teresa de Jesús en Plaza de España, agradecidos al padre Antonio superior de los carmelitas que nos permitió inicia la peregrinación desde allí.

Después de una oración, comenzamos la peregrinación hacia la catedral de la Almudena, alrededor de unas 85 personas, misioneros, familiares de misioneros, jóvenes que realizarán la experiencia misionera de verano… todos con paso lento, meditativo, con la oración de algunos salmos, una parada a medio camino para rezar a María y a la llegada el Padrenuestro.

A las 12:00 comenzó la Eucaristía donde los misioneros ad gentes y ad vitam y los grupos misioneros de la diócesis que van a realizar experiencia misionera este verano, recibieron la bendición y la entrega de la cruz de manos de nuestro cardenal, una emotiva celebración donde se comparte la experiencia y la respuesta de una llamada a una vocación, con el deseo y la ilusión de los jóvenes que quieren asomarse a la vida misionera de la Iglesia.

Al terminar la Eucaristía, tuvimos la oportunidad de escuchar dos testimonios de vida misionera entregada, Juan Antonio Fraile, Misionero Comboniano y la Familia Atienza-Ruiz, familia misionera en Guam junto a sus 10 hijos. Todo ello acompañado por el magnifico coro que nos acompaño durante toda la jornada y que nos ayudó a estar en clima de oración.

Una jornada festiva, de acción de gracias, de oración donde toda la vida misionera de la diócesis allí presente y los que están en la misión nos unimos para mostrar que la misión ad gentes y ad vitam sigue siendo una realidad en nuestra diócesis.