Envío
Soy madrileña, novena de 10 hermanos. Un día de verano, me encontré con el Señor y le dije que sí que sería misionera y tuve más que claro que Él me llamaba a Japón. Después de un tiempo, conocí a las Misioneras de Cristo Jesús que fueron fundadas en Javier (Navarra) y no me costó descubrir que aquel rincón, donde Javier nació, era el sitio donde comenzar. Durante el tiempo de formación, fui destinada a Japón. Ya son muchos años desde que me monté en el primer avión en dirección a Tokyo. Este año 2025, en Septiembre serán 55 años que empecé a hacerme una, con este país tan poco conocido.
Tarea
Mi trabajo actualmente, después de varios años en la Educación, es una dedicación total al encuentro con la persona. Ayudarle a descubrirse a sí mismo, y al mismo tiempo ir descubriendo lo que Jesús nos enseña sobre el amor al prójimo. El misionero ha de entregarse con un corazón abierto para que la persona que busca pueda querer aprender a perdonar.
Japón necesita de nuevos obreros que puedan trabajar en esta viña y que no se cansen.
Japón es un país con grandes posibilidades de trabajo. Después de la segunda guerra mundial fue creciendo de forma impresionante, pero su población no supo descubrir a Dios. Entre católicos y protestantes, el número total de la comunidad cristiana, no llega ni siquiera al 1% de la población.
Intenciones
Intenciones para pedirle al Señor, que mande obreros a su mies, dispuestos a todo.