Dirección Diocesana de Obras Misionales Pontificias Madrid

¿Qué son las OMP?

Las Obras Misionales Pontificias (OMP) son el principal instrumento de la Iglesia para sostener a los misioneros y su la labor evangelizadora por todo el mundo.

Los 1.127 territorios de misión, donde vive el 45,70% de la humanidad, dependen del Dicasterio para la Evangelización, cuyo máximo responsable es el Santo Padre. En estos lugares las Iglesias, aún jóvenes, dependen de ayudas externas, tanto económicas como personales y espirituales para sostenerse.

Las Obras Misionales Pontificias están constituidas como instrumentos para promover la responsabilidad misionera de cada bautizado y para apoyar a las nuevas Iglesias particulares.

Papa Francisco en Praedicate Evangelium

Así, se dispone de un Fondo Universal de Solidaridad adonde llegan las aportaciones de los fieles de todo el mundo, por pequeñas que sean, y se reparten en función de las necesidades existentes en los territorios de misión.

De este modo, los donativos entregados a OMP recogidos en las Jornadas del Domund, Infancia Misionera y Vocaciones Nativas, o en cualquier otro momento, se envía al Fondo Universal de Solidaridad.

Esta tarea se realiza a través de las Direcciones Diocesanas y de los Institutos Misioneros nacidos prioritariamente para el servicio de la evangelización del mundo.



¿Cuál es su historia?

En su conjunto, tratan de alentar la conciencia misionera del Pueblo de Dios, y de favorecer la cooperación entre las Iglesias locales por medio de la oración, la donación de vocaciones misioneras y la ayuda material de las comunidades cristianas en favor de los más necesitados.

En 1822 nace la Obra de Propagación de la Fe

Todo comenzó cuando jóven francesa, Pauline Jaricot, preocupada por las misiones, empezó a formar grupos de 10 personas entre las trabajadoras de la fábrica de su padre. Cada una de las cuales se comprometía a rezar diariamente por las misiones, a ofrecer cada semana una pequeña moneda y a formar otro grupo de 10 personas.

En 1843 nace la Obra de la Santa Infancia

Pocos años más tarde, un obispo francés llamado mons. Forbin-Janson, preocupado especialmente por las condiciones de los misioneros y los niños en China, convocó a todos los niños de Francia y les encomendó la tarea de recitar un Ave María todos los días y de dar una pequeña moneda cada mes para ayudar a los niños más necesitados.

En 1889 nace la Obra de la San Pedro Apóstol

De nuevo en Francia, una joven francesa, Jeanne Bigard, se dio cuenta de que las misiones eran tan emocionantes como desconocidas y comprendió la necesidad de formación del clero local. Así, con la ayuda de su madre, comenzarón a recaudar fondos para construir y sostener los seminarios en territorios de misión.

En 1916 nace la Obra de la Unión del Clero Misional

Ya en el siglo XX, Paolo Manna, que se declaraba misionero fracasado por haber regresado de la misión por enfermedad, empezó a promover entre los sacerdotes una gran llama de celo apostólico por la conversión del mundo.

En 1918 tres obras son elevadas a pontificias
En 1928 nace la Unión de Enfermos Misioneros

Pocos años más tarde, una mujer laica que deseaba ser misionera pero estaba inmovilizada por la enfermedad, se ofreció como «enferma misionera» para ofrecer sus oraciones y sus sufrimientos en favor de las misiones. Más adelante, esta iniciativa formará parte de la Unión Misional.

En 1956 la cuarta obra es elevada a pontificia

¿Quiénes las fundaron?

Aunque cada una de la OMP tiene un objetivo concreto a la hora de sostener la misión de la Iglesia, en su conjunto tratan de alentar la conciencia misionera del Pueblo de Dios, y de favorecer la cooperación entre las Iglesias locales por medio de la oración, la donación de vocaciones misioneras y la ayuda material de las comunidades cristianas en favor de los más necesitados.

Estos son sus fundadores: